"El 8 de marzo es el día internacional de la mujer trabajadora, y un año más tomamos
las calles para reivindicar la lucha feminista por la igualdad, los derechos y la justicia
social.
En 1975 fue reconocido por la ONU. Se escogió marzo porque varios acontecimientos significativos en la historia reciente ocurrieron en marzo.
El 8 de marzo de 1857, en Nueva York, 120 mujeres de una fábrica fueron asesinadas por la policía en una manifestación en la que defendían derechos laborales, ya que estaban cobrando la mitad del salario del que cobraban los trabajadores hombres. La consecuencia de esta brutalidad policial fue la creación del primer sindicato de mujeres trabajadoras.
En marzo de 1910, se celebraron en Rusia manifestaciones multitudinarias de mujeres trabajadoras en fábricas y trabajadoras en casa para reivindicar sus derechos.
Luego, en marzo de 1911, 146 mujeres fueron asesinadas en una fábrica textil de Nueva York. Eran trabajadoras que no superaban los 20 años en su mayoría y que pertenecían a familias migrantes. Los dueños de la fábrica cerraron las puertas con llave y las quemaron. El color morado que hoy lucimos como color de la lucha por la igualdad se debe al color del humo de aquellas llamas.
Por eso salimos a la calle. Porque el patriarcado es un sistema de opresión que nos ha condenado a las mujeres a ser ciudadanas de segunda, a ser trabajadoras de segunda, a ser invisibles, a que nuestros trabajos de cuidados no remunerados se consideren no productivos y, por lo tanto, sin ningún tipo de valor.
Este sistema socio-económico en el que vivimos tiene por pilar la opresión de las mujeres. Y hoy salimos juntas a la calle para visibilizarnos, y para gritar lo más alto que podamos que estamos hartas, rabiosas y que queremos la igualdad real ya. Que no nos cuenten monsergas, que no nos cuenten cuentos. Nosotras sabemos, porque así lo vivimos, qué es la brecha salarial, qué son las medidas de conciliación familiar, qué es el miedo de caminar solas por las calles, el miedo o amenaza del deshaucio, de perder el trabajo, o de no conseguir uno…. No queremos que nos dejen entrar en ese espacio que el patriarcado reserva a lo masculino, ese es nuestro derecho y lo hemos tomado. Pero exigimos mucho más. Queremos construir un sistema económico-social que no se sostenga en la opresión de las otras, que reconozca la importancia de los cuidados. Una sociedad en la que ser mujer no sea un factor de riesgo. Nos queremos iguales.
Aunque existe una apariencia formal de que somos iguales, la realidad es tozuda y cada una de nosotras sabe a qué desigualdades y violencias se enfrenta cada día. Hoy es ese día en el que juntas y en la calle nos decimos las unas a las otras que no estamos solas: las precarias, las migrantes, las cuidadoras, las doctoras, las desahuciadas, las trans, las racializadas…
La pobreza tiene rostro de mujer, la violencia tiene rostro de mujer, los deshaucios tienen rostro de mujer, la precariedad tiene rostro de mujer.
Exigimos que se reconozcan los cuidados remunerados y no remunerados con el valor social imprescindible que tienen, que se reconozcan las enfermedades profesionales que padecemos las mujeres en los trabajos feminizados, que se adopten medidas urgentes para acabar con la brecha de género y la distinción entre trabajos feminizados y masculinizados, que las empleadas de hogar tengan derecho a prestación de desempleo, que los salarios no nos condenen a la pobreza, que no tengamos que padecer acoso sexual en el trabajo, que se aplique la ley de dependencia… Exigimos que no se mercantilice nuestro cuerpo. Exigimos que no se ejerza violencia contra nosotras.
Desde aquí queremos hacer un reconocimiento público a todas las mujeres que están luchando por sus derechos laborales en Guadalajara, que están organizadas y, a pesar de las dificultades, lo hacen con voz propia. ¡Ánimo, compañeras! Y también un reconocimiento muy especial a la PAH de Guadalajara. El 70% de los deshaucios los sufren mujeres, y ahí estáis enfrentándoos a los grandes poseedores: bancos y fondos buitres, mujeres luchadoras y valientes. No estáis solas.
Hoy mujeres de todo el mundo salimos a la calle, nos hermanamos con ellas. Así que hoy, en nuestro abrazo colectivo, estamos con las del pañuelo verde, las madres de las asesinadas que luchan por demostrar que sus hijas no se suicidaron, las niñas quemadas por el Estado, las obligadas a parir y amar el fruto de una violación, las mujeres de los mercados, las tejedoras…
Hoy nos encontramos las mujeres en la calle con nuestras compañeras, y en ellas nos reflejamos. Nos encontramos con nuestras abuelas, nuestras ancestras. Con las que hoy gritan libertad en medio de la tormenta, y también con las que aún no han descubierto que tienen voz.
Es nuestra responsabilidad esta lucha colectiva, la de las feministas organizadas construyendo una sociedad igual y más justa. Compañeras, el 8 de marzo es un día grande porque salimos juntas a la calle y nos reconocemos. Hagamos que este día grande se extienda, y que la sororidad sea nuestro día a día, esas sonrisas cómplices de las que nos sabemos compañeras en la lucha.
Compañeras, juntas somos imparables."
Así fue en imágenes la manifestación del 8M en Guadalajara:
* Fotos: Alejandro Moreno Yagüe y Plataforma Feminista de Guadalajara
En 1975 fue reconocido por la ONU. Se escogió marzo porque varios acontecimientos significativos en la historia reciente ocurrieron en marzo.
El 8 de marzo de 1857, en Nueva York, 120 mujeres de una fábrica fueron asesinadas por la policía en una manifestación en la que defendían derechos laborales, ya que estaban cobrando la mitad del salario del que cobraban los trabajadores hombres. La consecuencia de esta brutalidad policial fue la creación del primer sindicato de mujeres trabajadoras.
En marzo de 1910, se celebraron en Rusia manifestaciones multitudinarias de mujeres trabajadoras en fábricas y trabajadoras en casa para reivindicar sus derechos.
Luego, en marzo de 1911, 146 mujeres fueron asesinadas en una fábrica textil de Nueva York. Eran trabajadoras que no superaban los 20 años en su mayoría y que pertenecían a familias migrantes. Los dueños de la fábrica cerraron las puertas con llave y las quemaron. El color morado que hoy lucimos como color de la lucha por la igualdad se debe al color del humo de aquellas llamas.
Por eso salimos a la calle. Porque el patriarcado es un sistema de opresión que nos ha condenado a las mujeres a ser ciudadanas de segunda, a ser trabajadoras de segunda, a ser invisibles, a que nuestros trabajos de cuidados no remunerados se consideren no productivos y, por lo tanto, sin ningún tipo de valor.
Este sistema socio-económico en el que vivimos tiene por pilar la opresión de las mujeres. Y hoy salimos juntas a la calle para visibilizarnos, y para gritar lo más alto que podamos que estamos hartas, rabiosas y que queremos la igualdad real ya. Que no nos cuenten monsergas, que no nos cuenten cuentos. Nosotras sabemos, porque así lo vivimos, qué es la brecha salarial, qué son las medidas de conciliación familiar, qué es el miedo de caminar solas por las calles, el miedo o amenaza del deshaucio, de perder el trabajo, o de no conseguir uno…. No queremos que nos dejen entrar en ese espacio que el patriarcado reserva a lo masculino, ese es nuestro derecho y lo hemos tomado. Pero exigimos mucho más. Queremos construir un sistema económico-social que no se sostenga en la opresión de las otras, que reconozca la importancia de los cuidados. Una sociedad en la que ser mujer no sea un factor de riesgo. Nos queremos iguales.
Aunque existe una apariencia formal de que somos iguales, la realidad es tozuda y cada una de nosotras sabe a qué desigualdades y violencias se enfrenta cada día. Hoy es ese día en el que juntas y en la calle nos decimos las unas a las otras que no estamos solas: las precarias, las migrantes, las cuidadoras, las doctoras, las desahuciadas, las trans, las racializadas…
La pobreza tiene rostro de mujer, la violencia tiene rostro de mujer, los deshaucios tienen rostro de mujer, la precariedad tiene rostro de mujer.
Exigimos que se reconozcan los cuidados remunerados y no remunerados con el valor social imprescindible que tienen, que se reconozcan las enfermedades profesionales que padecemos las mujeres en los trabajos feminizados, que se adopten medidas urgentes para acabar con la brecha de género y la distinción entre trabajos feminizados y masculinizados, que las empleadas de hogar tengan derecho a prestación de desempleo, que los salarios no nos condenen a la pobreza, que no tengamos que padecer acoso sexual en el trabajo, que se aplique la ley de dependencia… Exigimos que no se mercantilice nuestro cuerpo. Exigimos que no se ejerza violencia contra nosotras.
Desde aquí queremos hacer un reconocimiento público a todas las mujeres que están luchando por sus derechos laborales en Guadalajara, que están organizadas y, a pesar de las dificultades, lo hacen con voz propia. ¡Ánimo, compañeras! Y también un reconocimiento muy especial a la PAH de Guadalajara. El 70% de los deshaucios los sufren mujeres, y ahí estáis enfrentándoos a los grandes poseedores: bancos y fondos buitres, mujeres luchadoras y valientes. No estáis solas.
Hoy mujeres de todo el mundo salimos a la calle, nos hermanamos con ellas. Así que hoy, en nuestro abrazo colectivo, estamos con las del pañuelo verde, las madres de las asesinadas que luchan por demostrar que sus hijas no se suicidaron, las niñas quemadas por el Estado, las obligadas a parir y amar el fruto de una violación, las mujeres de los mercados, las tejedoras…
Hoy nos encontramos las mujeres en la calle con nuestras compañeras, y en ellas nos reflejamos. Nos encontramos con nuestras abuelas, nuestras ancestras. Con las que hoy gritan libertad en medio de la tormenta, y también con las que aún no han descubierto que tienen voz.
Es nuestra responsabilidad esta lucha colectiva, la de las feministas organizadas construyendo una sociedad igual y más justa. Compañeras, el 8 de marzo es un día grande porque salimos juntas a la calle y nos reconocemos. Hagamos que este día grande se extienda, y que la sororidad sea nuestro día a día, esas sonrisas cómplices de las que nos sabemos compañeras en la lucha.
Compañeras, juntas somos imparables."
Texto: Comunicado de la Plataforma Feminista de Guadalajara
Así fue en imágenes la manifestación del 8M en Guadalajara:
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* Fotos: Alejandro Moreno Yagüe y Plataforma Feminista de Guadalajara
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